El Último Speedmaster
El señor Gómez me había pedido un reloj en especial, con características concretas y en un margen de precio muy amplio. Cuando me llamó me sorprendió mucho su solicitud, aunque el Señor Gómez se define a sí mismo como “Un hombre de negocios” sus 110 kilos de peso y su vida harto sedentaria…